2017 Mayo - Media Maratón de Santoña



Para variar un poquito la temática de los post, aquí escribo la experiencia vivida junto con Eva de una carrera en asfalto que todavía me tiene un poco tocadas las rodillas al no estar muy acostumbrado.

Eva tenía metido entre ceja y ceja que este año tenía que hacer una media maratón, y apenas se abrieron las inscripciones se apuntó, no fuera a ser que se quedara sin dorsal (ansia viva le llamo yo a esto).

Dado que Eva estuvo un pelín perjudicada de la rodilla, no ha podido entrenar todo lo que hubiera querido para esta carrera, y más justo las últimas semanas antes de la carrera, por lo que decidí apuntarme con ella (además de acompañarla al viaje) y correr todo el tiempo con ella por las calles de Santoña.

La sorpresa fue la cantidad de personas que congregó la carrera, que tenía dos distancias, 10KM y la Media Maratón, más o menos con los mismos corredores.

La verdad es que la carrera fue la excusa perfecta para pasar un fin de semana completo en Santoña y disfrutar de la ciudad así como del Monte Buciero, el cual recorrimos en parte para ver el Faro del Caballo, totalmente recomendable para quien no lo conozca, pero que hay que tomarse con calma, sobre todo a la vuelta, son un montón de escalones (muy altos, por cierto) que si los quieres subir deprisa te quedan sin aliento, pero primero la bajada de los mismos, con una caída no apta para quien tenga vértigo, aquí algunas fotos:



 





 

 


Como habréis podido observar, el acantilado es una maravilla, una zona que no hay que dejar de ir a visitar cada vez que se esté cerca, con esta caminata ya podíamos decir que habíamos preparado las piernas para lo que se nos venía encima el día siguiente.

Es la primera media maratón de Eva, pero también la mía, por lo menos en cuanto a competición real, pero el reto y la ilusión por terminar es de ella, y en mi caso solo acompañarla para intentar que no se desboque con el ritmo, y ese fue el objetivo a conseguir el día siguiente, TERMINAR y LLEGAR A META independientemente del ritmo y tiempo.

Con los nervios habituales de a que hora levantarnos, cuando desayunar, el qué (algún día os contaré el tema del desayuno y las tostadas), que ponerte para correr...nos plantamos en la línea de salida para afrontar la carrera, yo estaba deseando salir para que se le quitaran los nervios a Eva, nunca había corrido más allá de los 10 Kms, y claro, los nervios son normales.

Desde la salida nos plantamos en un ritmo de 6 minutos/km sin intención de desgastarnos a un mayor ritmo que pagaríamos al final, los últimos kilómetros son siempre tediosos de terminar...

El recorrido estaba compuesto de tres vueltas desiguales por Santoña y sus marismas, la primera cortita, la segunda un poco mayor para completar los 10 Kms y la tercera para cerrar los 21 kms y pico que tenía la carrera, por lo que pudimos pasar varias veces por el casco de Santoña, por el paseo junto al mar, por las marismas, tengo que decir que es increíble el paisaje por donde discurre.


El camino junto al mar fue una de mis zonas preferidas, aquí podéis ver a la Gacelilla de La Cañada en plena acción,  rebosante de energía, pues es la primera vuelta todavía:

 
Como ella iba a su bola porque quería ir a su ritmo, aprovechando lo ancho del paseo, iba al borde del mar mientras que el resto iban más a la izquierda:
 



Y una vez que se dejan las calles del casco de Santoña se enfila la carretera que lleva a las Marismas, las cuales se dejan ver bastante bien:


Aunque no se si a Eva le dio mucho tiempo a verlas, más concentración no se podía llevar, concentración siempre interrumpida por mi para sacarle fotos y videos...


Y bueno, después de unos cuantos kilómetros, fuimos poco a poco llegando a los finales, que sin duda, fueron los que más costaron, pues las articulaciones se resienten, pero decir que Eva fue capaz de sobrellevarlo muy bien y llegar a meta, donde nos dieron un trofeo muy chulo de cerámica para poner el año y el tiempo que hicimos en la carrera, que dicho sea de paso, era lo de menos:



Pero como el trofeo, aunque lo intentamos, no se podía comer, decidimos comprarnos nosotros otro trofeo más jugoso,  Eva ya tenía detectada la heladería de Santoña donde ponían los helados más grandes y ricos, y claro, allá que fuimos:


Y bueno, aquí la estampa con el tiempo, objetivo y reto conseguido por Eva, que ya está pensando en otras carreras ahora que ya ha visto de lo que es capaz...


Y terminó el fin de semana, carretera y manta como se ve en la siguiente imagen, curiosa por cierto, al vernos reflejados en el camión plateado que iba delante de nosotros por Burgos, pero antes de coger el coche tuvimos tiempo de llenar el maletero de Anchoas y Bonito del Norte, que sin duda nos harán recordar por un tiempo este fin de semana donde la carrera solo fue la excusa :)


Es de agradecer la dedicación de todo el pueblo de Santoña en la preparación y organización de esta carrera, donde se involucran prácticamente todo el mundo, y quien no corre sale a las calles a animar constantemente, algo que es muy de agradecer...




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